Nuestra Córdoba se caracteriza por muchas cosas: comida, música, paisajes, etc. Pero además de eso hay muchas historias y leyendas que duermen en los estantes de las bibliotecas y que además están vivas en el recuerdo de los memoriosos, esos que escucharon la historias a los pies de sus abuelos a comienzos de siglo. Esto es Historia viva.
Entre esas historias, una que cautivó la pluma de Walter Ramón Galíndez fue la del negro o indio Bamba. Todo comienza a mediados de siglo XIX en el interior de Córdoba, cuando una familia de encumbrado apellido tenía entre sus posesiones a varios esclavos. Uno de ellos era Bamba.
Este hacendado y rico hombre de campo tenía una hermosa hija, la luz de sus ojos, su mayor tesoro a la que consentía en todos sus deseos.
El destino quiso que ambos, Bamba y María, cruzaran sus miradas desafiando las duras estructuras sociales de la época. ¿Cómo un esclavo iba a atreverse a mirar siquiera a la hija del que poseía su vida entera? El poeta Walter Galíndez escribió: “Los amantes eligieron la clandestinidad como marco de sus sensaciones”. Ataliva Herrera, poeta que vivió en Carlos Paz, recogió de relatos populares una serie de datos entre reales e imaginarios.
La historia sigue con los 20 años de amor que tuvo esta desafiante pareja, la cual fue bendecida con cuatro hijos, el menor de ellos ciego “por castigo de Dios”, como decía la ignorancia de la época, debido a la desobediencia de María.
La parte más cruel de la historia comienza cuando el padre, despechado por el desprecio de su hija, ofreció una recompensa por el cuerpo de Bamba y sus hijos, además de traer a su hija de vuelta a su mansión. Una de las versiones dice que Bamba fue fusilado junto con sus hijos frente a su esposa. Otra versión dice que el indio murió al caer de un precipicio.
María, ya sin su esposo e hijos, fue llevada de nuevo a su propio hogar y de allí al convento de “Las Carmelitas descalzas”, donde murió llorando por su familia perdida.
Walter, conmovido por la historia, escribió la zamba “Bamba”, que fue usada por Santiago Gritta, director de cine cordobés, quien realizó una película sobre esta historia en 1998 (allí yo hice una pequeña participación interpretando a uno de los hijos de Bamba y María).
Bamba (Zamba)
Ese nombre de Bamba se hizo estrella
En el joven corazón de la muchacha;
Y fundaron el amor sobre el orgullo
Que desprecia el color de cada raza;
Cuando enciende la luna de azucena
Los ojos de una niña enamorada.
Así comienza la zamba que compusieran Walter Ramón Galíndez (letra) y Raúl y Fernando Montachini (música)
Monumento al Indio Bamba
Estancia La Vieja
Emplazado en la comuna de Estancia La Vieja, el Monumento al Indio Bamba es una obra del escultor cordobés Miguel Pablo Borgarello. El artista buscaba plasmar en ella el espíritu y la esencia de Bamba, un poema del escritor regional Ataliva Herrera que reúne las tradiciones y leyendas de las sierras primitivas. En el monumento, construido de cemento y piedra entre 1949 y 1951, se descubren los principales pasajes del texto literario. Cuenta con 17 metros de altura y 209 m2, y se sitúa en el Km. 475 de la Ruta Nacional 20. ¤
Texto extraído de El Suplemento